“¡Bienvenido, oh viajero fatigado, al reino de la muerte! ¡Entre! ¡Escoja su ataúd, y siéntese a su lado!”
Fundación: La sociedad o club del caballeros del Cabaret du Néant fue fundado por Dorian Mureau, un excéntrico y misterioso burgués original de Rhoves y afincado en Levoria desde hace diez años. Nadie conoce su verdadera historia ni su pasado ni los negocios que sostienen su elevado nivel de vida en sociedad, pero todo el mundo en Levoria ha oído hablar de él y desea entrar en su cabaret.
Pero semejante club de caballeros no pasaría de lo macabro o lo excéntrico si no fuera por los rumores que rondan la ciudad portuaria de Levon. Nadie tiene pruebas y ni Monarca ni Iglesia ni Cofradía alguna quiere involucrarse en el asunto, por lo que miran a otro lado y hacen oídos sordos a todos los rumores sobre desapariciones, asesinatos, torturas, disecciones públicas y un sin fin de atrocidades que se encomiendan a los miembros del Cabaret y se ejecutan en sus salas privadas.
Ingreso: Para poder entrar en el cabaret y formar parte de él, los interesados deben amputarse un dedo de la mano delante del portero en su primera visita, además de hacer una donación de una moneda de oro tanto en la primera como en las sucesivas veces que se desee entrar en el edificio.
Código de conducta: Una vez firmado el contrato vinculante con este club de caballeros, todo miembro del cabaret queda atado al código.
- Lo que hay y ocurre dentro del cabaret, no sale del cabaret.
- Las ataduras y clichés morales de la sociedad no tienen cabida en el cabaret, por lo que nadie puede censurar ni denunciar la actitud de otro caballero tanto dentro como fuera de sus muros
- Sentimientos como dolor y vergüenza no están permitidos dentro del cabaret, por lo que se ha de incitar a quienes lo padezcan a disfrutar el éxtasis de la libertad para encauzarlos por el buen camino.
- No existen nombres dentro del cabaret. Todos los caballeros son “Hermanos” y Dorian Mureau, su “Padre”.
- Todo miembro del cabaret debe cumplir, con fe ciega, los deberes que dicta el “Padre” en el quinto día de la semana.
- No se hacen preguntas, no se buscan respuestas.
SALAS DEL CABARET
El local se divide en varias habitaciones a las que se puede acceder por oscuros y angostos pasillos, además de presentar cada una de ellas una decoración debidamente adaptada a su función.
Sala de la intoxicación: Algo así como el bar del cabaret, decorado con mesas con forma de ataúdes, tonos oscuros por doquier, calaveras y siniestras estatuas adornando las paredes y que, bajo la iluminación tenue de las velas que cuelgan de huesudas lámparas, otorgan al lugar un aire de lo más cargado y siniestro.
Sala de desintegración: La zona de espectáculos, todos ellos relacionados con la muerte. Aquí es donde realizan sus números todo tipo de magos, saltimbanquis, músicos y alguna que otra representación de teatro, todos ellos siempre relacionados con la muerte. El espectáculo más sonado del Cabaret: “Pepper´s Ghost”, en él, una persona elegida de entre el público se transforma ante la mirada atónita del resto de espectadores en un esqueleto.
Sala de posesión: Se trata de una habitación muy bien iluminada y repleta de sellos alquímicos de energía positiva y negativa, divida en una zona segura elevada y un enorme foso en el centro. Dentro del foso, se encuentra un punto frágil, que es usado para llevar a cabo todo tipo de transmutaciones alquímicas con las que forzar la corrupción sombría de los animales, indigentes y prostitutas que sueltan en su interior… para el disfrute de los caballeros que observan, atacan y torturan las corrupciones desde arriba. Además de todos los círculos y sellos alquímicos que pueden ser activados desde arriba por el alquimista al cargo de la sala, siempre está presente un veterano mentalista y un mercenario de élite armado hasta los dientes con todo un arsenal bañado en plata.
En alguna ocasión, esta sala ha sido “alquilada” por algún Hermano alquimista para llevar a cabo “comprobaciones” y contrastar fórmulas que no podría haber experimentando en ningún otro laboratorio alquímico.
Sala de los portales: Uno de los rumores más extendidos entre los Hermanos, es que Padre es un brillante científico obsesionado por la ciencia y el estudio de la mente humana. Esta sala, se divide en un pequeño patio central con cuatro grandes portones (los portales) que llevan a otras salas que pueden ser observadas desde el piso superior sin que el de abajo sea consciente de ello.
Lo que ocurre en esta zona del cabaret es un misterio, pues únicamente pueden acceder a ella los Hermanos versados en la ciencia y la mente humana, acompañados siempre por Padre. Pero se rumorea que en ella tienen lugar todo tipo de experimentos de lo más sangrientos… o por lo menos, eso es lo que se deduce de los gritos ahogados que se escuchan desde la sala de intoxicación.
Algunos Hermanos dicen que allí tienen lugar disecciones sobre personas vivas, otros dicen que cada cámara es una especie de ratonera con una entrada, una salida y un sinfín de trampas mortales. La única certeza es que nadie ha visto jamás salir de allí la “mercancía” con vida.
Sala del olvido: Se trata de uno de los lugares más íntimos y personales del cabaret. Solo está permitida la entrada reservando la sala con una semana de antelación y en un número máximo de dos personas a la vez. En ella, la persona que formaliza la reserva tiene un encuentro cara a cara con la muerte gracias a la ayuda de un alquimista versado en la ligadura de esencia y la disciplina psiónica de necrometría… ya sea para satisfacer todo tipo de placeres con los no-muertos, obtener información de un espíritu en concreto o disfrutar de una descarga de adrenalina tras un combate contra un no-muerto.
EL GRAN PLAN
Únicamente Dorian Mureau sabe qué se lleva entre manos, aunque algún Hermano miembro de la realeza, la Iglesia y las principales Cofradías de Levon creen saber algún detalle del Gran Plan que se lleva Padre entre manos y por eso se muestran tan permisivos con el Cabaret.
Los deberes que se encomiendan a los Hermanos es el primer paso, pues con ello se pretende comprobar su fidelidad y ADOCTRINAMIENTO. Estos deberes son de lo más variado, pues abarcan desde llevar a cabo secuestros con los que amenizar después las salas hasta cometer algún acto público denigrante o saqueo.
La siguiente fase del plan tuvo lugar en el Orebre del 1697 dCI (ver Padre Desatado), fecha para la que Mureau consiguió completar sus investigaciones y sumar cien Hermanos perfectamente adoctrinados y dispuestos a entregar su vida por el Gran Plan.