29 abril, 2019

Sanatorio de Isaías Bolgrum

Escenario escrito por Víctor Velázquez Liébana para las Crónicas de Taura.

El sanatorio Bolgrum, de más de cien años de antigüedad, fue construido como un lugar donde tratar y mantener a todas aquellas personas afectadas por problemas mentales. El artífice, Gregory Bolgrum, ávido estudioso de la psique humana, edificó un lugar donde poder dar rienda suelta a sus más alocados experimentos, donde la superchería se entrelazaba con la ciencia, en un intento por desentrañar la mente humana.

HISTORIA

En sus orígenes, el edificio contaba con una basta red de galerías subterráneas, donde los pacientes encontraban  sus celdas, lugares oscuros, húmedos y sucios, donde su mente se recluía en si misma y daba rienda suelta a sus más oscuros deseos. Si bien, las plantas superiores eran bien distintas; decenas de pequeñas salas, sólo a disposición de los pacientes más acaudalados, se distribuían a ambos lados de un gran pasillo central que conducía desde las escaleras que dan acceso a las galerías inferiores hasta un pequeño jardín que hacía las veces de hall de entrada al sanatorio.

Con la muerte de Gregory Bolgrum, el sanatorio pasó a manos de su hijo Jonathan Bolgrum, quien dirigió el lugar con igual mano de hierro que su padre. Sin embargo, tan sólo diez años duró al frente del sanatorio, pues se vio afectado por las mismas demencias con las que experimentó durante años, viéndose obligado a ocupar una de las estancias de su sanatorio.

Tras este hecho, su hijo Isaías Bolgrum, estudiante avanzado de alquimia, heredó a regañadientes el cargo de director del lugar. Si bien en un principio, la idea de ponerse a los mandos del negocio familiar le resultaba tediosa y sin sentido, pronto encontró un aliciente mayor a su nuevo trabajo.

El tratamiento de los problemas mentales de sus pacientes se convirtió en una mera excusa para desarrollar los más terribles experimentos que la metamagia permite. Así, desde el efecto de la alquimia en los seres humanos, hasta la capacidad de las mentes torturadas para realizar experimentos alquímicos fue estudiado por el ambicioso Isaías, que quería hacer de su sanatorio su propio y privado laboratorio Alquímico.

EDIFICIO

Asentado en una pequeña isla del Mar Interior cercana a Opheth, está construido de forma similar a un caserío, contando con unos grandes muros exteriores de piedra, de dos metros de alto. El edificio principal es una construcción rectangular que cuenta con dos pisos. El piso superior son las dependencias personales de Isaías Bolgrum, su mujer y sus dos hijas. El piso inferior, cuenta con una pequeña habitación a modo de comedor, una cocina, una despensa, y un salón de gran tamaño. Anexo a este edificio, se encuentran las habitaciones del servicio, que cuentan con unos pequeños camastros y algunos muebles para sus enseres personales.

El sanatorio está formado por un edificio situado dentro de los muros, pero separado de la casa del señor Bolgrum por un pequeño jardín en que crecen los rosales y las acacias. Un pequeño lago es el único elemento destacable en este lugar que sirve como separador de los dos edificios.

El primer piso del sanatorio cuenta con un pequeño despacho, que hace de falsa consulta del señor Bolgrum, así como una veintena de habitaciones pensadas para los miembros con problemas mentales de la nobleza. Las habitaciones, construidas con piedra y adobe y rematadas por una pequeña ventana enrejada, cuentan con un camastro malamente acolchado y una puerta de seguridad, construida en roble y fijada con postigos de hierro.

Unas escaleras ocultas por una trampilla de madera dan acceso al nivel inferior, donde una maraña de pasillos estrechos, cavados en la tierra como un gusano orada el suelo, dan acceso a una treintena de estancias, donde los pacientes menos pudientes malviven entre la suciedad y sus propios excrementos. La falta de luz, a excepción de algunas antorchas, convierte el lugar en un sitio de pesadilla, donde los gritos de dolor y miedo de los residentes se entremezclan, creando una atmósfera de pesadilla.