05 septiembre, 2012

Una Fisura en el Norte (III de IV)

¡Sed bienvenidos al Rincón del Bardo! Por favor, pasad, tomad asiento, serviros una jarra de vino especiado y prestad mucha atención, pues hoy os voy a hablar de lo que está aconteciendo en el Norte en torno a la fisura que fue abierta hace poco... una historia jugada por primera y última vez en la comarca de Madrid y Sevilla, en el año 2012 de vuestro calendario y bajo la atenta dirección del Embajador Hajime Saito y Fali.

"El pasado once de Agosto fue un día especial. Especial, porque, tras el inesperado éxito de las Primeras Minijornadas Tauranas, había vuelto a quedar con cuatro de los jugadores que participanron en dichas jornadas, con el fin de continuar la campaña, y jugar la tercera aventura. Jugadores que, una vez más, lo dieron absolutamente todo, y que, gracias a sus ganas de pasarlo bien, y a su fantástica forma de interpretar a sus respectivos personajes, hicieron que estas nuevas Minijornadas fueran otro éxito rotundo, y que, por la noche, volviera nuevamente a casa con una amplia sonrisa en los labios, y con muchísimas ganas de preparar el desenlace de la campaña.
A las once de la mañana, me personé en el lugar acordado, la tetería Abonavida, en el cual me encontré con dos de las personas con las que había quedado, y con una nueva incorporación: una chica que, a pesar de no haber jugado la anterior aventura, quería apuntarse a ésta, y que quería conocer el universo de Taura. No podía sentirme más feliz, pues siempre es grato conocer que la gente se interesa por aquellos eventos que uno organiza.
Tras un pequeño tiempo de espera, en el cual terminaron de llegar los jugadores que faltaban, y terminaron de abrir la tetería, y tras una pequeña explicación a la recién llegada del universo de juego, el sistema de reglas, y de los acontecimientos ocurridos en la anterior partida, comenzamos la narración del nuevo capítulo."

Tolina, tras la llegada de los personajes, y de la recostrucción de aquellas partes que habían sido dañadas por el enfrentamiento contra las criaturas de la Sombra, se había convertido en un auténtico polvorín. Las relaciones entre los Psiónicos, y entre las diferentes tribus nómadas que habían sido obligadas a refugiarse en la ciudad, cada vez eran más tensas, y los Templarios se habían visto necesitados de explicar por qué lo que en un principio se había pensado que sería un plan infalible había terminado siendo una pequeña catástrofe. Y lo peor de todo, es que más malas noticias estaban a punto de aparecer. Al amanecer, la voz de alarma se extendió, como una riada, por todo el asentamiento. Uno de los miembros de una de las tribus, los Nasback, había sido encontrado empalado y con los ojos arrancados de sus cuencas en uno de los barrios de la ciudad. Pero las sorpresas no terminaban aquí. Uno de los Psiónicos, el cual había supuestamente discutido con el Nasback asesinado, había sido encontrado degollado en otra de las calles de Tolina, se había hallado el cadáver de uno de los dirigentes de una de las Hermandades y se había descubierto que uno de los Templarios que había participado en una de las misiones anteriores, había regresado corrompido y había conseguido burlar el escrutinio al que son sometidos todos aquellos que acceden a la ciudad. Estaba claro que La Orden tenía que darse prisa en esclarecer lo ocurrido o pronto estallaría una guerra civil. ¿Quién había provocado aquellas muertes y por qué se había tomado tantas molestias en ocultar la condición del Templario?

Rápidamente, los jugadores acordaron dividirse en dos bandos e ir a investigar a los diferentes lugares en los que se habían encontrado los cadáveres. Dos de ellos decidieron visitar el sitio en el que el miembro de la tribu había sido hallado, mientras que los otros tres optaron por examinar en el que había aparecido el dirigente de la Hermandad. Tras unas cuantas tiradas exitosas, y un largo periodo de tiempo, en el cual los personajes interrogaron a un gran número de personas, el primer grupo, aquel que había decidido comprobar el lugar en el que había sido encontrado el cadáver del Nasback, descubrieron que dicho cadaver tenía realizada en la frente una pequeña marca, marca utilizada como distintivo por una de las Hermandades psiónicas de la ciudad, así como un pequeño cuchillo ensangrentado tirado en las cercanías, cuchillo bañado en plata, y del mismo tamaño y forma que el utilizado por los Templarios, mientras que el segundo grupo descubrió que los Psiónicos estaban pensando atacar a las diferentes tribus nómadas, con el fin de expulsarlas de sus dominios, si el culpable, o culpables, no era encontrado, o encontrados, antes del anochecer del siguiente día.

Por la noche, mientras los jugadores informaban a su superior de los descubrimientos realizados a lo largo del día, tres figuras se adentraban, sigilosamente, en una de las tiendas pertenecientes a una de las Altas Templarias. Su muerte no tardó en sumarse a las anteriormente acontecidas. Tras un nuevo grupo de tiradas exitosas, y otro largo periodo de tiempo, en el cual se examinó detenidamente dicha tienda, los personajes descubrieron que las heridas aparecidas en este nuevo cadáver habían sido realizadas con una hoja muy pequeña, y muy afilada, y que dicho cadáver presentaba en la frente la misma marca que el cuerpo sin vida del Nasback.

"Tras este último descubrimiento, decidimos hacer una pequeña pausa para comer en un restaurante chino cercano. Tras la comida, reaunados la partida en la tienda de Generación X Puebla, lugar en el que se habían llevado a cabo las Primeras Minijornadas Tauranas."

Nuevamente, los jugadores se dividieron en dos grupos, con el fin de poder investigar mucho más rápido. Tras dar algunos palos de ciego, llegaron a una de las tiendas en las que se encontraban alojados tres miembros de La Orden. En dicha tienda descubrieron un pequeño trozo de tela ensangrentado perteneciente a la Alta Templaria asesinada. Rápidamente, los personajes se dirigieron hacia el lugar en el que se encontraba alojado su superior, con el fin de informar de este nuevo descubrimiento. Cuál sería su sorpresa al comprobar que dicho superior también había sido asesinado, y al ver a tres figuras saliendo a toda prisa de allí. Sin dudarlo, los jugadores salieron corriendo tras estas misteriosas figuras y se enfrentaron a ellas en singular combate una vez les dieron caza.

La partida finalizó con las muerte de dos de los tres secuaces, la captura de uno de ellos, y con un jinete, de identidad desconocida, saliendo al galope de la ciudad. Los personajes habían conseguido descubrir a los causantes de los asesinatos, pero, por desgracia, no habían conseguido acabar del todo con la amenaza que se cernía sobre Tolina.